Respaldo solidario y búsqueda de respuestas

Con una importante asistencia de público en las afueras del tribunal, constituido en el salón de AMUC de Avenida Argentina al 1600 de Neuquén, se reanudaron hoy las audiencias de La Escuelita 7.

La gran cantidad de personas que a las 8;30 esperaban en la vereda, se organizaban o hacían preparativos, fue llamativa respecto de una menor participación que se produjo en diciembre, con el inicio de este juicio.

Organizaciones de derechos humanos, militantes de las causas por la memoria, adolescentes y estudiantes que integran la agrupación jóvenes por la memoria (JxM), docentes, familiares y amigos de quienes declaraban en esa jornada: Eduardo París, su hermano Raúl; y los testigos Pablo Krauleck (dirigente de la Unter)  y el abogado Pedro Quarta, que finalmente no alcanzaron a exponer ante los jueces.

PH Fabian Ceballos
inicio de audiencias 2021

Los saludos, comentarios, la pegatina de banderas de la APDH, Ceprodhd y de las Madres de Plaza de Mayo en pocos minutos complementaron un escenario de expectativa en la puerta del tribunal, que antes del ingreso sólo contaba con la intervención artística realizada días antes por Jóvenes por la Memoria.

Entre las personas y grupos alrededor del ingreso o en los sectores de descanso de la avenida frente a las puertas del tribunal, la de los familiares de detenidos-desaparecidos de Cutral Co y Plaza Huincul, se hizo notar.

“Decidimos venir a acompañar porque es parte de nuestra historia también”, dijo Pedro Maidana, uno de los sobrevivientes del centro clandestino “La Escuelita” de Bahía Blanca. Junto con Dora Seguel, que llegó acompañada de sus maestras de la primaria y secundaria, son parte de los 20 denunciantes de este VII tramo del juicio.

“En ese juicio, como todos los de La Escuelita, tenemos que ser solidarios”, añadió Pedro. Tanto él como Dora serán parte de los testimonios de un listado de más de 100 que tiene previsto citar la fiscalía.

Pero Pedro no venía con la expectativa de ingresar, sino que “nos reencontramos acá afuera con jóvenes, organizaciones, compañeros y militantes; entonces es como que estamos hermanados de vuelta”, dijo. Precisamente uno de los que también llegó al lugar temprano fue Juan Carlos, su hermano. Juan Carlos tenía 15 años cuando sufrió la detención en la comisaría de Cutral Co, esa terrible semana del Operativo en la Comarca Petrolera. Ya declaró tanto en el juicio en el que se trató su caso, como así también fue testigo en otras audiencias en las que se le solicitó dar testimonio de episodios ocurridos para corroborar o complementar la prueba para otro denunciante en estas causas de lesa humanidad.

“La idea también es acompañar e interiorizarnos de todo lo que nos pasó, esto no nos es ajeno, buscamos contenernos unos a otros en esta situación”, señaló Juan Carlos, que integra en Neuquén las filas del vecinalismo.

Llamativamente a Pedro le sorprendió la consulta de por qué asistir a Neuquén desde Cutral Co en una jornada de juicio en la que está impedido su ingreso. “Es parte de nuestra lucha también, para recordar y atar cabos, porque detrás de todos ese pacto de silencio que hicieron los genocidas y los cómplices que no quieren revelar. Uno puede atar cabos y entender la modalidad, los movimientos que hicieron”, indicó.

Fue notorio que en los cuartos intermedios las personas que podían acceder al testimonio presencial, traían detalles o novedades a quienes continuaban en bulevar de la avenida o la vereda, a la espera de saber qué había pasado: si había declarado alguno de los represores (lo que no ocurrió), o detalles de algún testimonio.

Pedro Maidana agregó que “en todos estos años, por el esfuerzo de los organismos de derechos humanos, se ha podido comprender el proceder y los mecanismos que usaron, aparte de los secuestros, de las torturas y las desapariciones; por eso nos reencontramos acá afuera”.

Para la siguiente audiencia, además de las declaraciones de Quarta y Krauleck que quedaron pendientes, se preveía el testimonio de Eduardo Buamscha y de Raúl González, dos legisladores peronistas en 1976 que fueron sobrevivientes al secuestro y traslado al centro clandestino de Bahía Blanca.

Shirley Herreros para la cobertura colaborativa.

Fotografía de Fabian Ceballos.