“Me dejó al margen de todo por seguridad”

Berta Raquel Perazzo, vivía en 1976 en Plaza Huincul junto con su esposo Julio Isabelino Galarza y su hija pequeña.

Galarza era trabajador de YPF, un cuadro del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP) que hasta hoy permanece desaparecido tras irse a Buenos Aires y pasar a la clandestinidad.

PH Oscar Livera
Raquel Perazzo

En esos días de junio de 1976, el Ejército Argentino, con la complicidad de las policías federal y provincial llevó adelante un feroz operativo. La Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén (APDH) recordó que “fue uno de los meses más tristes de la historia: durante varios días de ese junio el horror correría por las calles para detenerse en muchos hogares dejando su huella para siempre”.

En coincidencia con “la caída” de Arlene Seguel (Silvia), detenida desaparecida, Galarza entendió que “tenían que irse”. Ella lo hizo a la casa de una amiga en Neuquén, mientras que él, ya en la clandestinidad, la visitó con otro compañero y partió hacia Buenos Aires.

“El 12 de junio (1976) se fue y nunca más lo vi”, dijo.

Reveló que “me dejó al margen de todo por seguridad”, al explicar que no conocía aspectos de la militancia de su esposo en el PRT-ERP, del que era “un cuadro” de conducción.

Susana Mujica, Arlene y Dora Seguel, Oscar Odola, Carlos Chávez eran algunas de las personas que conocía y que formaban parte de su grupo. Berta también mencionó por sus nombres “de guerra” a Marcelo y Elena, quienes con sus tres hijas se instalaron en la comarca petrolera procedentes de Buenos Aires.

Rodolfo Marinoni también era de su entorno de amistades en aquel entonces. Geólogo de profesión, empleado de YPF, fue secuestrado en Cutral Co el 29 de septiembre de 1977. Permanece desaparecido desde entonces.

Habló del seguimiento que sufrió durante mucho tiempo, incluso cuando se trasladó a la casa de sus padres en Santa Rosa, La Pampa. “Apenas llegué me fueron a buscar y me llevaron a la comisaría, estaba lleno de policías”, recordó.

“¿Usted sabía que su esposo tenía un cargo alto en el PRT?”, le preguntaron a Berta en la comisaria, aunque aclaró que fue bien tratada, que la dejaron ir y que volvió a la casa de sus padres.

Durante dos años tuvo noticias de su esposo a través de cartas que mantenía con su hermana, residente en la Capital Federal. Finalmente decidió regresar a Neuquén a culminar sus estudios y trabajar.

Por testimonios de sobrevivientes, supo que su esposo estuvo cautivo en el Centro Clandestino de Detención “El Vesubio”, en Buenos Aires, hasta 1977.

Decidió entonces dar muestras de sangre al Equipo de Antropología Forense para contribuir a la identificación de cuerpos encontrados en fosas comunes en los últimos años.

PH Oscar Livera
Raquel Perazzo

El Vesubio  

El Vesubio funcionó en un predio del Servicio Penitenciario Federal ubicado en la intersección de Camino de Cintura y Autopista General Ricchieri, en el partido de La Matanza, entre abril de 1976 y diciembre de 1978, bajo jurisdicción del Primer Cuerpo del Ejército. Se sospecha que comenzó a ser demolido en esa fecha, con motivo de la inminente visita a nuestro país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El Tribunal Oral Federal N°4 condenó el 14 de julio de 2011 a siete represores a penas de entre 18 años y prisión perpetua en cárcel común por 156 crímenes de lesa humanidad cometidos en ese centro clandestino de detención.

Luego de casi un año y medio de iniciado el juicio oral, el tribunal integrado por Leopoldo Bruglia, Jorge Gorini y Pablo Bertuzzi condenó a los oficiales del ejército Héctor Gamen y Hugo Pascarelli a la pena de prisión perpetua por encontrarlos culpables de los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio. Los jueces revocaron su excarcelación y ambos deberán cumplir su pena en cárcel común. Además, el tribunal condenó por su participación en casos de secuestro y tortura a los agentes del Servicio Penitenciario Federal José Maidana a 22 años y seis meses de prisión; Diego Chemes a 21 años y seis meses; Ramón Erlán y Ricardo Martínez a 20 años y seis meses; y Roberto Zeolitti a 18 años. También se encontraba imputado en esta causa el ex coronel Pedro Durán Sáenz, jefe del centro clandestino, quien murió impune el 6 de junio de ese año.

Walter Perez para la cobertura colaborativa

Fotografías de Oscar Livera