“Siempre somos de allá, de otro lugar”


Fernando “Pino” Solanas reflejó en 1985 en su película “El Exilio de Gardel”, el drama, no exento de humor y los sentimientos, contradicciones, conflictos, de quienes debieron exiliarse para salvar sus vidas y las de sus hijos e hijas de la criminal dictadura que usurpó el poder en la Argentina en 1976.

En una nota publicada en “Ámbito” al recordarlo tras su muerte, ocurrida en noviembre de 2020 “Pino” dijo que “´El exilio de Gardel’ está más cerca de la poesía y de la convención dramática teatral que de otra cosa; porque en el teatro uno no se sorprende si los personajes se rompen, y yo los rompo en esta película. Eso es el exilio, romperse”.

“Y todo esto- dijo Solanas- es una traslación de la identidad argentina, un país en tránsito, en el que siempre venimos de y vamos hacia pero nunca llegamos y en donde la realidad del exilio operó imborrablemente en todo tipo de rupturas”. 

En estos días, hijos e hijas de exiliados de la región expusieron con profundo dolor, la huella que les dejó el “ser siempre de allá, de otro lugar” al declarar en el séptimo tramo del juicio “La Escuelita” de Neuquén.

Eleonora María Villaverde tenía 4 años de edad cuando su mamá Alicia Villaverde, destacada actriz y directora de teatro fue detenida en 1976, torturada y abusada en el Centro Clandestino de Detención “La Escuelita” de Bahía Blanca. Tras ser liberada  se vio obligada a renunciar a su trabajo en el Ministerio de Obras Públicas de Neuquén, donde había sido secuestrada. Debido a las amenazas que continuó recibiendo decidió exiliarse en México.

Con sus 4 años, el recuerdo permanente de Eleonora “es que siempre sentía mucho el miedo y la desprotección”

Compartió el exilio con sus hermanos César, Matilde y Martín (estos dos últimos, hijos de Susana Mujica cuyo padre es Darío Altomaro).

A lo largo de su testimonio virtual desde México fue clara a la hora de exponer las secuelas y “no ser de acá ni de allá, sino siempre ser de otro lugar”.

“Cuando mi mamá regresó a Neuquén, en democracia, yo tenía 16 años y tuvimos que hacer los documentos en la Policía Federal”.

“Ella se quedó en la esquina, no pudo entrar porque ahí la habían tenido secuestrada antes de llevarla a Bahía Blanca”, contó.

“Mirá quién es y cómo habla”, le dijo a Eleonora el Federal que la atendió en la “casa” de la calle Santiago del Estero señalada como “Sitio de la Memoria” en Neuquén.

“Muchachos vengan, escúchenla hablar, dale hablá, hablá, le decían” por su marcado acento mexicano.

Eleonora confesó que “nos arrepentimos mucho de haber regresado, pero a pesar de todo construimos una vida con dignidad”.

Durante su testimonio expresó un claro reproche al “Estado Argentino” por los secuestros, crímenes, desapariciones, robo de bebés y destrucción de familias.

“El Estado nos quitó todo y no nos dio nada”, sentenció.

“Pero hoy declaro por mi madre. No puedo entender como hay tanta maldad, espero que haya un poquito de justicia”, manifestó al hacer referencia al nuevo tramo del juicio de  “La Escuelita”.

“Estamos cansados de esto; mi mamá cargaba a sus amigas y yo cargo a sus amigas y a mi mamá; no quiero que mis sobrinas y las generaciones que vengan tengan que hacer esto otra vez y no quiero que sea mi obligación ir curándome y curando a los demás, quiero que el Estado se haga cargo de lo que hizo y cumpla al fin”, concluyó.

TOF
El presidente Alejandro Cabral (escribe), el vocal Simón Bracco y Alejandro Silva. Tribunal Oral Federal de Neuquén en el inicio de las audiencias

Por Wálter Pérez para la cobertura colaborativa del Sindicato de Prensa de Neuquén

PH Oscar Livera