Eduardo París relató la crueldad de sus captores

Después de 45 años Eduardo París pudo dar testimonio de su secuestro en el año 76. Contó cómo fue secuestrado por dos miembros de las fuerzas de seguridad vestidos de civil. Posteriormente fue trasladado en avión al centro clandestino de detención (CCD) de Bahía Blanca donde lo torturaron e interrogaron por su supuesto vínculo con movimientos armados de izquierda.

Eduardo Paris declara en la audiencia de febrero. Atrás, querella de la APDH

En su testimonio identificó a los imputados Jorge Alberto Soza y Gerónimo Enerio Huircaín, ambos acusados por secuestros y torturas en esta etapa del juicio. Además habló del ex comisario René Poblet, como el conductor del auto en el que se lo llevaron. Esto sucedió el 9 de junio de 1976, cuando lo secuestraron en su trabajo del Banco de los Andes en plena capital neuquina. 

“Fui vulnerado dos veces”, contó París ante el tribunal del séptimo tramo del juicio La Escuelita. La primera en 1975 cuando fue llevado detenido a la comisaría de Cipolletti desde Neuquén. Mientras estaba en su trabajo se lo citó a la dependencia neuquina. Ahí fue notificado de su detención por vínculos con “actividades subversivas” y llevado a la comisaría de Cipolletti donde se lo retuvo por varias horas. En ese momento pertenecía a la mesa del Partido Intransigente. Durante este episodio se cruzó con Huircaín. 

Señaló cómo en junio del 76 Huircaín se presentó con Soza en la dependencia del Banco de los Andes, vestidos de civil. Soza le mostró la credencial de la policía federal. Huircaín hizo una requisa entre los documentos del escritorio, mientras discutía con la víctima. Un empleado del banco entró en la oficina y se enteró que se llevarían a París detenido e intentó impedirlo. En el revuelo intervino el gerente del banco, quien pidió que no lo esposaran. 

Fue esposado y vendado en un Peugeot  blanco que lo esperaba afuera, conducido por otro hombre (que identificaría posteriormente como Poblet) y luego paseado por la ciudad. Fue trasladado al CCD La Escuelita que funcionaba en el batallón de Neuquén. Allí lo interrogaron mientras gatillaban en falso. Luego lo movieron una vez  más hasta la orilla de la barda donde lo amenazaron con fusilarlo junto a otras dos personas. 

A toda esta travesía se le suma el viaje al aeropuerto. Subidos a un camión, llegaron vendados hasta un lugar donde París recuerda haber escuchado el ruido de un motor, que confundió con una locomotora. Después de subir una escalerita y darse cuenta que estaban en maniobras de carreteo, terminó de darse cuenta que era un avión. Relató que en ese momento pensó que los iban a tirar al vacío. 

Recordó que después de dos o tres horas se encontraban en un lugar húmedo y frío. Fue trasladado con otras personas en camión hasta un cuarto donde había camas, que eran insuficientes para la totalidad de gente que se encontraba allí. Por lo que contó en su declaración, acompañado de otros testimonios, se sabe que se encontraba en el CCD La Escuelita de Bahía Blanca. 

PH Fabian Ceballos
Eduardo Paris

En ese lugar fue torturado durante tres días con picana eléctrica. Los niveles de salvajismo fueron tales que Eduardo París llegó a pedir que lo electrocutaran al máximo para poder terminar con el sufrimiento. Para su sorpresa, los torturadores le dijeron que en un par de días se marchaba. Señaló que entre los guardias y torturadores había alguien que tenía acento del litoral, usaban sobrenombres, unos  eran armoniosos y otros más violentos. 

A los dos días fue sacado al patio con otras prisioneras y prisioneros. Fueron subidos a un avión, aún vendados y atados con sogas. Volaron muchas horas. Luego los acomodaron al fondo y empezaron a subir lo que la víctima reconoce como un grupo de mujeres. Inmediatamente regresaron a Bahía Blanca al CCD, sin ninguna explicación más que “tranquilo que todavía están en la fiesta de los buenos”.

Dos días después fue liberado a pocos kilómetros de Pedro Luro, abandonado en la vera del camino, maniatado y vendado bajo amenaza de no contar lo sucedido. Desde una estación de servicio del lugar lo llevaron con un comisario, quién le preguntó qué había pasado y le comunicó que había aparecido una persona más. Después supo que era Nora Rivera. París se negó a contar sobre su paso por el CCD por miedo. Después lo atendió un médico, le dieron de comer y pudo llamar a su familia en Cipolletti. 

El cuñado de la víctima junto a la entonces su esposa salieron inmediatamente hacia Bahia Blanca donde pudieron encontrarse y finalmente regresar a Río Negro. Durante el trayecto de ida fueron seguidos por tres autos diferentes.

Daniel Font Thomas para la cobertura colaborativa

Fotografías de Fabian Ceballos