Carlos Alejandro Echeverría, realizador del documental que testimonió la desaparición de Herman

 A 42 años del secuestro y desaparición de Juan Marcos Herman, arrancado de su casa en Bariloche ante la impotencia de sus padres la madrugada del 16 de julio de 1977, el realizador del documental que testimonió ese drama que demolió física y psíquicamente a los progrenitores hasta llevarlos a la muerte, Carlos Alejandro Echeverría, dio una minuciosa versión de la elaboración del filme, por primera vez, ante los jueces que juzgan a ocho de los imputados por aquel episodio.

Florencia Salto

 

Así como acertó en abordar en primer lugar a los que a priori aparecían como los responsables inmediatos por ser las autoridades que comandaban la ciudad en plena dictadura -los militares Néstor Rubén Castelli y Fernando Marcelo Zárraga- el realizador sintetizó en el título lo que terminó siendo un registro de singular valor probatorio: la sensación de que los militares se imponían en base al miedo y el terror. Un escenario de horror que tiñó todos los rincones del país.

“Era claro que a quienes debía entrevistar era a los que habían sido los responsables de lo sucedido. A Castelli lo entrevistamos en su casa en Buenos Aires y directamente se le preguntó qué sabía del secuestro de Juan Herman. Lo primero que dijo es que se trataría de un caso policial y lo asoció a la aparición de dos chicas muertas aparecidas a orillas del lago Nahuel Huapi en aquel tiempo. Sin embargo, ante la insistencia admitió que podía vincularse a un caso de desaparecidos”, relató Echeverría.

Por una falla técnica de sonido, volvieron a entrevistar a Castelli, quien pidió revisar lo que habían filmado en la primera entrevista. “Castelli no quería hablar de Herman”, remarcó.

Echeverría contó que el proyecto de su documental lo elaboró cuando se capacitaba como cineasta en Alemania y que le ofreció hacerlo a Horacio, hermano de Juan y también cineasta, pero que ante la negativa de éste asumió él el rodaje. Cumplió la tarea central del documental, desde la concertación de las entrevistas -para las que contó con la colaboración de Esteban Buch, quien se desempeñaba como periodista en la agencia Bariloche del diario “Río Negro”, de Horacio Herman y otros-, hasta la filmación propiamente dicha.

Comentó que tuvo conocimiento de pormenores del secuestro de Herman y de cómo se realizaban las tareas de seguimiento y persecución de personas porque, prestando el servicio militar, se enteró, por ejemplo, de que Zárraga, quien era el militar jefe de Inteligencia en la ciudad, era quien convocaba a referentes de otras fuerzas a la reuniones informativas.

Como se sabe, en esas reuniones se definían los secuestros y detenciones ilegales de personas que, como Herman, fueron luego desaparecidas.

“Zárraga era ampliamente conocido en Bariloche, dentro y fuera del Ejército”, precisó. Indicó que por su condición de soldado afectado a una oficina de Prefectura, supo que esa fuerza destinó dos suboficiales –uno de apellido Luna, que aparece en el documental- y que en una ocasión vio a tres personas con barba, de civil, que no eran de Bariloche, que interpretó venían a esas reuniones de información en la escuela de instrucción andina del Ejército.

“A Zárraga lo entrevistamos en el edificio Libertador. Nos dijo que el día del secuestro de Herman él estaba en una fiesta en la casa de Castelli y que suponía que los secuestradores habían sido de la Policía Federal. Lo asocié con lo que dijeron los padres de Juan respecto de que quienes ingresaron a su casa les decían que eran de la Federal”, acotó.

Sostuvo que Zárraga se negó a seguir hablando del tema y la entrevista terminó.

Surge como dato relevante, en principio, que Zárraga haya dicho que se enteró del secuestro de Herman en la casa de Castelli y que éste haya declarado que supo del episodio recién cuando Juan Herman padre lo fue a consultar -al otro día- por la suerte de su hijo.

El cineasta relató la entrevista que le hicieron al capitán Miguel Izturis, a quien varios testigos identifican como uno de los integrantes del grupo que irrumpió en la casa de los Herman el día del secuestro.

“Lo entrevistamos en el Regimiento Patricios. Se le preguntó si había estado en el secuestro de Juan ya que había sido sindicado por testigos y porque habían visto su auto -un Peugeot 504 de color oscuro-, pero de inmediato dijo que cortaría la entrevista y pidió revisar el material que habíamos grabado. Le dije que no podía ni secuestrar el material ni a nosotros porque estábamos en un estado de derecho”, indicó Echeverría.

Añadió que ante ello Izturis le ordenó a un subalterno que revisara el material, del que sólo escuchó el audio.

“Luego Izturis volvió, nos hizo dejar los equipos y nos invitó a almorzar en el regimiento. Fue muy tenso, porque estaba Horacio Herman y no sabíamos qué podían hacer con los equipos”, dijo.

Comentó que Izturis “no se indignó por las preguntas que le hicimos y nos dijo que se sometería a la justicia. Pero que ya estaba convencido de que saldría la ley de punto final, como finalmente ocurrió, y que los niveles medios de la jerarquía militar iban a ser liberados de cargos”.

Ante una consulta, dijo que el documental se exhibió por primera vez en Bariloche, casi de manera clandestina, el 8 de julio de 1987 en el cine Coliseo. “Fue gracias a que Horacio (Herman) logró que se pasara en un festival, pero sin competir y sin que previamente se supiera la temática. Los organizadores temían que les clausuraran la muestra o que no les dieran apoyo en los años próximos”, señaló.

Agregó que sólo pudieron mostrar un afiche en la cartelera de la sala el día de la exhibición.

 

Florencia Salto

 

Comentó que en 1988 se exhibió dos veces en Tucumán, pero que la tras la primera función hicieron estallar una bomba en la casa del presentador de la película. En el atentado se salvó milagrosamente la madre de Parolo, tal su apellido. “En la segunda vez se exhibió completa, pero yo fui el presentador”, dijo Echeverría.

Consultado si había recibido alguna intimación en años posteriores, relató que su padre fue visitado por dos mujeres de Bariloche que le pidieron sus datos con el argumento de que querían que las asesorara sobre la escuela de cine en Alemania porque sus hijos estaban interesados .

“También me contactó, vía red social, Liliana Castelli, hija del general Castelli, pidiéndome una reunión y respecto de una retractación mía a lo que he declarado sobre el secuestro. Cuando le requerí más precisiones me dijo que las daría cuando nos viéramos”, añadió.

En ese momento de la declaración, sorpresivamente, apareció en pantalla, por videoconferencia -todo indica que era Liliana Castelli-, haciendo gestos provocativos. Ello motivó la interrupción del juicio por parte del presidente del tribunal, Orlando Coscia, para reclamar a la sede de la Cámara de Casación de Buenos Aires, desde donde la mayoría de los imputados participaban de la audiencia, por el incidente. Se ordenó el desalojo de la mujer de esa sala.

 

Néstor Mathus / #CoberturaColaborativa

Sindicato de Prensa de Neuquén

22 de julio de 2019